Virgilio esta lleno de furia y de impotencia pero al ver la
palidez del rostro de Dante, recompone el rostro suyo con rapidez para no
desanimarlo.
Dante le pregunta Virgilio si ya hubo algún otro proveniente
del limbo de la antigüedad. En realidad, trata de asegurarse de que Virgilio
conozca bien el camino.
Aquí Dante se encuentra con las Furias, que son divinidades
violentas, su misión es vengar los crímenes, en especial las faltas contra la
familia. Castigan los delitos enloqueciendo a los culpables o haciéndoles
sufrir crímenes semejantes por manos de otros. Las furias intentan impedir la
entrada de Dante a la ciudad de Dite infundiéndole terror, y por ello llaman a
la Medusa para que lo haga piedra.
La Gorgona es símbolo del terror que inmovilizan y deja
indefenso al que lo padece, y en este momento del ingreso a la ciudad de Dite,
donde se contemplaran las grandes miserias humanas, y donde Dante tendrá que
abrir lo ojos para ver todas esas miserias. Dante no se priva en advertirnos la
gravedad del momento. A esta escena de terror le sigue la calma y la armonía
del enviado celeste.
Todo este canto es como un discurso al lector para templar
su espíritu por lo que va a venir. La lectura es purificadora y nos hace ver al
Ángel como la representación de lo mejor de la dignidad humana.
Explicaciones de Virgilio acerca de las tumbas abiertas.
Encuentro con los epicúreos Farinata degli Uberi y Cavalcante de Cavalcanti.
Del ante purgatorio a la entrada del purgatorio,
después de haber despertado de su sueño, Dante y su guía le dice que ya ha
llegado junto al purgatorio, llegando a una brecha que divide a un muro, se ve
una puerta por la cual se suben tres grados de diferentes colores;
encontrándose un portero que no decía palabra alguna.
Después les pregunta, qué quieren y quién guiaba sus
pasos, ellos explican y dicen que una dama del cielo les indicó que subieran
las tres gradas y que al ir subiendo por estos le indica su protector ir
pidiendo humildemente que se abra la cerradura. El ángel de Dios traza con la
punta de su espada en la frente de Dante “siete P” diciendo que cuando
esté adentro lave esas manchas y le dijo “cuando una de estas llaves falsea y
no gira con regularidad por la cerradura la entrada no se abre”, pero les
advierte que el que mira hacia atrás vuelve a salir